Incesante huachicol en Oaxaca; baja por pandemia de Covid-19


PEDRO SILVA ALANIS

La pandemia vino a aminorar la creciente incidencia de robo de hidrocarburos a los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Oaxaca, lo cual va en contraposición a la fallida y feroz estrategia del gobierno federal de inicios de la administración. Hasta 2019 el huachicol en el estado se había extendido a 10 municipios, de manera destacada en la zona del Istmo de Tehuantepec y que, entre 2019 y 2020, registró 172 tomas clandestinas. El año pasado, a causa del cierre económico por el coronavirus, vio disminuir su incidencia en 77.1 % con respecto a 2019.

Lo que no logró la “estrategia” del gobierno federal para contener o abatir el robo de combustible en Oaxaca, lo consiguió el SARS-CoV-2 puesto que de 140 tomas clandestinas detectadas y denunciadas en 2019, en todo el año pasado se reportaron 32 puntos de ordeña clandestina de hidrocarburos en la entidad, de acuerdo con la respuesta entregada por Pemex a una solicitud de información girada por un particular a través de la Plataforma Nacional de Transparencia.



Mientras en 2019 las estadísticas señalan en promedio un pinchazo cada dos días y medio a ductos de Pemex que atraviesan el estado, en 2020 se denunció o cerró un punto de ordeña cada 11 días, señala el reporte de la empresa productiva del Estado en poder de EL IMPARCIAL, el mejor diario de Oaxaca.

Justo en los primeros días de la presente administración federal, comprendidos entre diciembre de 2018 y enero de 2019, se emprendió una guerra contra el huachicol por todas las regiones del país, con especial énfasis en el Bajío y la frontera entre Puebla y Veracruz. Entonces –se dijo– no habría más ordeña de combustible y, la crisis ocasionó, incluso, una crisis de abasto de gasolinas en el país, con largas filas y horas de espera en estaciones de servicio.

Sin embargo, esa estrategia no abatió el robo en Oaxaca y basta un ejemplo: un año después de iniciado el fallido intento, en la entidad se registraron 82 tomas clandestinas, del 1 de enero al 31 de marzo de 2019. Para 2020, en vísperas del cierre económico por la pandemia, las cifras se habían reducido a 12 puntos de ordeña. En mayo de 2017 el Ejército mexicano había puesto vigilancia especial en el ducto que va de Salina Cruz al sur de Veracruz y que traslada gasolina e hidrocarburo crudo, pero no frenó la ordeña.

En 2019 fueron cinco municipios los que concentraron el 81 % de los puntos de ordeña de huachicol en Oaxaca: Matías Romero Avendaño, donde se reporta uno de cada 4 “pinchazos” a ductos, el 26 %; en el Barrio de la Soledad, Asunción Ixtaltepec, San Juan Guichicovi con alrededor de 13 % cada uno. En conjunto, estos municipios, sumados con Acatlán de Pérez Figueroa, reportaron 114 de 140 tomas clandestinas.

Para 2020, la pandemia redujo a siete municipios la lista negra de huachicoleo en el estado: Asunción Ixtaltepec, Acatlán de Pérez Figueroa, Matías Romero Avendaño y el Barrio de la Soledad. En relación con 2019, salieron de la lista Oaxaca, Santa María Petapa y Juchitán de Zaragoza, pero el año pasado se sumó El Espinal, otro municipio istmeño.

Durante el cierre a causa del SARS-CoV-2 se contuvo el robo de combustible en el Istmo. Sólo dos municipios: Acatlán de Pérez Figueroa, de la mazateca oaxaqueña colindante con la “zona caliente” del huachicol del norte de Puebla y centro de Veracruz y Asunción Ixtaltepec concentraron 24 tomas clandestinas, el 65 % de los pinchazos a los ductos.

El año pasado, fue el mes de mayo el de mayor incidencia de puntos de ordeña al registrarse 12 casos, uno cada dos días y medio, por debajo de los 35 puntos de extracción registrados en marzo de 2019, más de una ordeña de hidrocarburos al día. El segundo semestre de 2020 la delincuencia organizada ofreció una minitregua: en julio, agosto, octubre, noviembre y diciembre Pemex no registra alguna ordeña y sólo septiembre reporta una toma clandestina en Matías Romero.

Fuente: El Imparcial de Oaxaca. 

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